Señor,
no creo en el arco poderoso de tus manos,
más bien te concibo bastante enclenque
incluso algo tonto y distraído
-a veces te imagino entre calles eternas
ulcerado por los colmillos
de una paternidad incompetente-
Tampoco creo en las palabras que no escribiste
ni creo en lo que dicen de ti palabras que otros escribieron
es más, no creo que seas todopoderoso
y creo que nada de lo que veo o siento o desconozco
es creación tuya.
Querido anciano improbable
Escúchame
Si eres tan capaz
Demuéstrame tus poderes
Señálame ahora con tu dedo poderoso
Y que me parta un rayo.
Jhon Fitzgerald Torres
No hay comentarios:
Publicar un comentario